Se
suele mencionar al prehistórico ábaco como primer eslabón de los
ordenadores, pues hasta el siglo VII no se desarrolló ningún
artilugio para realizar cálculos.
Cabe
distinguir entre el ábaco oriental y el occidental. El primero, al
que los chinos lo llaman Swanpan, que significa mesa de cálculo. Aún
es empleado de forma común para el cálculo ordinario. A este ábaco
los japoneses lo llaman Soroban, pero no lo utilizan tanto como los
chinos. Con lo que respecta al segundo, al ábaco occidental, dejó
de utilizarse a mediados del siglo XVIII en Europa.
Más
adelante, en 1570 aproximadamente, John Neper [Aglo97], realizó un
importante trabajo para su época y para épocas posteriores, fue el
desarrollo de las tablas que llevan su nombre y que eran tablas de
logaritmos... Aunque él mismo no desarrolló ninguna máquina de
calcular, puso la base para algunos autores que sí desarrollaron
máquinas de calculo basadas en sus tablas. Dos de estos hombres
fueron Gaspar Schott y Atanasio Kircher, que realizaron una máquina
con tablas de Neper.
En
1620, el próximo en diseñar una máquina basada en tablas de Neper
fue Wilhelm Schickard, la cual sumaba, multiplicaba y dividía
semiautomáticamente. Podía sumarse usando la parte inferior de la
máquina, mientras que la parte superior consistía en un juego de
tablas. Mediante el deslizamiento de unas reglas horizontales se
mostraba la multiplicación para un sólo dígito.
El
siguiente paso lo dió Blaise Pascal (ver figura 1), con su rodillo
sumatorio que ya permitía el acarreo múltiple, problema que no pudo
ser resuelto por Schickard.
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